¿Por qué el Islam es una falsa religión?

¿Por qué el Islam es una falsa religión?

Por: Carlos Maysonet | Tiempo de lectura 8-10 minutos
La religión es un aspecto definitorio de la búsqueda humana de significado y, a lo largo de la historia, ha inspirado tanto una belleza profunda como intensas contiendas. Entre las principales religiones del mundo, el cristianismo y el islam suelen compararse por sus similitudes y divergencias fundamentales. Como cristianos, entender y dialogar con el islam requiere sabiduría, humildad y fidelidad a las Escrituras. Este artículo explora tres razones esenciales por las cuales el islam, a pesar de su monoteísmo compartido, es fundamentalmente una falsa religión según la Biblia.

1. El Islam niega la divinidad de Jesucristo

La piedra angular de la fe cristiana es la identidad de Jesucristo como el Hijo eterno de Dios. El escritor de Hebreos declara:

«Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo» (Hebreos 1:1-2, RV60).

Este pasaje encapsula la convicción cristiana de que Jesús no es simplemente un profeta, sino la revelación final y más completa de Dios mismo. Sin embargo, el islam niega categóricamente esta verdad.

Los orígenes del islam  
El islam surgió en el siglo VII a través de Mahoma, quien afirmó recibir revelaciones divinas del ángel Gabriel, las cuales formaron el Corán. Estas enseñanzas enfatizan la sumisión a Alá y elevan a Mahoma como el profeta supremo. El islam se presenta como la culminación de revelaciones anteriores, incluyendo el judaísmo y el cristianismo, pero su visión de Jesús lo reduce a un profeta, rechazando Su divinidad y Su papel redentor.

La Biblia afirma de manera inequívoca que Jesús es el Verbo encarnado de Dios, eternamente engendrado del Padre. Este no es un detalle opcional; es el corazón del evangelio. Relegar a Jesús al papel de un mero ser humano es desmantelar el fundamento del cristianismo.

Imaginemos dos edificios: uno construido sobre un fundamento sólido, cuidadosamente diseñado y anclado, y otro construido apresuradamente sobre terreno inestable. El primero resiste las tormentas; el segundo se derrumba bajo escrutinio. La revelación de Jesucristo en la Biblia es el fundamento sólido, mientras que las enseñanzas del Corán, aunque imponentes para algunos, se desmoronan cuando se examinan bajo la verdad bíblica.

Implicaciones prácticas  
Los cristianos deben entender esta divergencia teológica para dialogar con los musulmanes de manera efectiva. Aunque el islam comparte algunas enseñanzas éticas con el cristianismo, la negación fundamental de la identidad divina de Jesús crea un abismo insalvable.

- Familiarízate con la historia y los principios del islam para interactuar con conocimiento.  
- Ora fervientemente por oportunidades para compartir el evangelio con musulmanes.  
- Presenta la Biblia como la revelación coherente y completa del plan de Dios.  
- Cultiva paciencia y humildad al tratar temas espirituales con personas de fe islámica.  

2. El Islam rechaza la crucifixión y resurrección de Jesús

El centro de la fe cristiana es la creencia de que Jesús murió por nuestros pecados y resucitó para garantizar la vida eterna a sus seguidores. El apóstol Pablo proclama:

«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Efesios 2:8-9, RV60).

En contraste, el islam niega tanto la crucifixión como la resurrección, ofreciendo un camino de salvación basado en obras que deja a sus seguidores sin la certeza de la redención.

Los Cinco Pilares frente a la gracia  
El marco religioso del islam se estructura en torno a los Cinco Pilares: la profesión de fe (Shahada), la oración diaria (Salah), la limosna (Zakat), el ayuno durante el Ramadán (Sawm) y la peregrinación a La Meca (Hajj). Estas prácticas reflejan un sistema de salvación basado en méritos, donde las acciones de una persona determinan su destino eterno. El Corán enseña que Jesús no fue crucificado, sino que fue llevado al cielo y que otra persona ocupó su lugar, contradiciendo directamente la narrativa del evangelio.

La Biblia ofrece un mensaje radicalmente diferente. La muerte sacrificial de Jesús es la expiación definitiva por el pecado, y Su resurrección es la prueba de Su victoria sobre la muerte. Sin la cruz y la tumba vacía, no existe la fe cristiana.

Imaginemos a dos personas al borde de un abismo. Una intenta construir un puente con sus propios materiales, pero este se colapsa antes de completarse. La otra confía en un puente sólido ya construido y cruza con seguridad. Esta diferencia refleja la futilidad de un sistema de salvación basado en obras frente a la certeza de la gracia en Cristo.

Los cristianos deben destacar amorosamente la suficiencia de la obra completa de Cristo. Mientras que el islam deja a sus seguidores en la incertidumbre de la voluntad de Alá, el evangelio asegura que quienes confían en Cristo no serán separados de Su amor.

- Enfatiza la certeza y seguridad de la salvación por medio de Cristo.  
- Contrasta las limitaciones de los sistemas basados en obras con la libertad de la gracia.  
- Comparte pasajes clave como Romanos 10:9-10 para afirmar las promesas del evangelio.  
- Escucha las perspectivas musulmanas con respeto y aborda sus inquietudes con empatía.  

3. El Islam niega la salvación solo por gracia mediante la fe en Cristo

La belleza del evangelio cristiano radica en su simplicidad y poder: la salvación es solo por gracia, mediante la fe en Cristo. Jesús mismo declaró:  

«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:6, RV60).  

El islam, sin embargo, ofrece una visión fundamentalmente diferente de Dios y la salvación.

Un Dios distante frente a un Salvador relacional  
El islam retrata a Alá como trascendente y distante, enfatizando la sumisión sobre la relación. En contraste, el Dios de la Biblia es profundamente relacional, revelándose en la persona de Jesucristo. Mientras el Corán deja a los musulmanes esforzándose por ganar el favor de Alá, el evangelio proclama que los creyentes son adoptados en la familia de Dios como hijos e hijas a través de la fe en Jesús.

Desde Génesis hasta Apocalipsis, las Escrituras apuntan a Jesús como el centro del plan redentor de Dios. La unidad de la Biblia subraya su autoría divina, ofreciendo una narrativa coherente de creación, caída, redención y restauración que culmina en Cristo.

Pensemos en un maestro que guía a sus alumnos en la resolución de un problema complejo. Mientras que un maestro distante solo da instrucciones generales, un maestro cercano trabaja junto a ellos, asegurándose de que comprendan la solución. De manera similar, Dios en Cristo no solo nos muestra el camino, sino que Él mismo es el camino.

Implicaciones prácticas  
El poder del evangelio radica en su capacidad de transformar vidas. Los cristianos están llamados a compartir esta buena noticia con valentía, demostrando con palabras y hechos que la salvación es un regalo, no una recompensa por esfuerzos humanos.

- Resalta cómo Jesús cumple las promesas del Antiguo Testamento.  
- Muestra cómo el amor y la justicia de Dios se encuentran en la cruz.  
- Comparte testimonios personales de salvación por gracia.  
- Vive una fe auténtica que ejemplifique el poder transformador del evangelio.  

Conclusión

Las diferencias entre el cristianismo y el islam son profundas y significativas. La negación de la divinidad de Jesús, Su crucifixión y resurrección, y la salvación por gracia mediante la fe en Cristo revelan al islam como una falsa religión. Sin embargo, esta verdad no debe conducirnos a la arrogancia o la hostilidad, sino a la compasión y al compromiso renovado de compartir el evangelio con amor y humildad.

Conversar con los musulmanes requiere un firme conocimiento de las Escrituras, una disposición a escuchar y una fe inquebrantable en el poder del evangelio para cambiar vidas. Como cristianos, nuestro llamado es ser embajadores de Cristo, proclamando Su verdad con gentileza y respeto.

La tarea no es fácil, pero la promesa es segura: «La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella» (Juan 1:5, RV60). Que confiemos en la Palabra de Dios, dependamos de Su Espíritu y declaremos con valentía la esperanza que se encuentra en Jesucristo, el único Salvador verdadero del mundo.

Artículos anteriores:

¡Baja la aplicación!

Mantente conectado

Baja la aplicación hoy

No Comments