April 19th, 2023
¿Qué es a teología de la liberación?
Por Edgar Josué Nazario | Tiempo de lectura 14 minutos
En la providencia de Dios había escrito este artículo con la meta de informar a mis hermanos en Cristo lo que es la Teología de la Liberación. Sé que hay muchos hermanos que sin saber están abrazando ideas filosóficas que están armadas con ideas y sabores culturales que son una amenaza directa al cuerpo de Cristo y su evangelio.
Definición
La Teología de la Liberación es un movimiento teológico cristiano que se originó en América Latina en el siglo XX. Enfatiza los aspectos sociales, políticos y económicos del evangelio, centrándose en la liberación de los oprimidos y marginados como aspecto central de la fe cristiana. Esta teología trata de interpretar las enseñanzas de Jesucristo a través de la lente de la justicia social, abordando cuestiones como la pobreza, la desigualdad y los derechos humanos.
Introducción
La Teología de la Liberación ha cobrado fuerza en las últimas décadas, afirmando que el evangelio no está desligado de las cuestiones sociales y del ministerio de Jesús. Sus defensores argumentan que las enseñanzas de Jesús se alinean con este movimiento, destacando ejemplos como la parábola del "buen samaritano" y la "mujer samaritana". Sin embargo, un análisis minucioso de las Escrituras y de la historia de la Iglesia revela que la Teología de la Liberación es antibíblica e incoherente con el cristianismo ortodoxo pentecostal y reformado.
1. La Teología de la Liberación: Impone una agenda política y social
En primer lugar, la Teología de la Liberación plantea una agenda política, asumiendo que el evangelio tiene dimensiones políticas y sociales. Aunque Jesús y los apóstoles reconocieron las injusticias sociales, no hay pruebas bíblicas de que predicaran o abogaran por el cambio político como medio para lograr la salvación o establecer el reino de Dios en la tierra (Hechos 4:12, Romanos 1:16). Los apóstoles predicaron principalmente el mensaje del arrepentimiento individual, la fe y la salvación en Jesucristo.
El ejemplo histórico del levantamiento de los "Zelotes" ilustra cómo la Teología de la Liberación no es bíblica. Los zelotes eran un grupo judío que surgió en el siglo I d.C. durante la ocupación romana en Israel. Buscaban la liberación política y social de su pueblo a través de la resistencia armada y la rebelión. Algunos creyeron que el Mesías prometido sería un líder militar y político que los liberaría de la opresión romana.
Sin embargo, Jesucristo, al contrario de las expectativas políticas y militares de la época, predicó un reino espiritual y trascendental, enfocándose en el arrepentimiento, la fe y la salvación personal (Mateo 4:17; Juan 18:36). Jesús no se unió a los zelotes ni apoyó su causa política, y rechazó la tentación de establecer un reino terrenal a través de medios políticos o violentos (Mateo 4:8-10). A pesar de la opresión y las injusticias bajo el dominio romano, Jesús y sus apóstoles no abogaron por la revolución política ni la lucha armada como medio de liberación.
Un ejemplo específico en la vida de Jesús es cuando, tras la multiplicación de los panes y los peces, la multitud quería hacerlo rey, pero Jesús se retiró a solas para orar, evitando la intención política de la gente (Juan 6:15). Esta actitud de Jesús resalta su enfoque en el reino espiritual y la transformación interior en lugar de involucrarse en las luchas políticas y sociales de la época.
Además, en sus enseñanzas, Jesús instó a sus seguidores a cumplir con sus deberes cívicos y a respetar a las autoridades terrenales (Mateo 22:15-22; Romanos 13:1-7). También predicó el amor al prójimo y a los enemigos (Mateo 5:43-48), en lugar de fomentar la hostilidad y la lucha por el poder.
En resumen, el ejemplo de los zelotes y la respuesta de Jesucristo a sus expectativas políticas y militares ilustra que la Teología de la Liberación no es bíblica. Jesús y sus apóstoles no predicaron ni abogaron por un cambio político o social como medio para lograr la salvación o establecer el reino de Dios en la tierra. En cambio, se enfocaron en el mensaje del arrepentimiento individual, la fe y la salvación en Jesucristo.
De hecho, los cristianos están llamados a realizar buenas obras como prueba del evangelio (Efesios 2:10, Santiago 2:14-17). Sin embargo, estos actos no deben confundirse con la misión primordial de compartir el evangelio. Enfatizar la justicia social por encima de la transformación espiritual socava el poder del evangelio para cambiar vidas y reconciliar a las personas con Dios (2 Corintios 5:17-20).
2. La Teología de la Liberación: Amenaza y distorciona el evangelio
En segundo lugar, la Teología de la Liberación también amenaza con socavar el cristianismo ortodoxo y conservador al distorsionar las enseñanzas bíblicas. Se centra en la dimensión horizontal del evangelio (las relaciones humanas) y minimiza el aspecto vertical (nuestra relación con Dios). El mensaje central del cristianismo trata de la obra expiatoria de Jesucristo en la cruz, que nos reconcilia con Dios (1 Corintios 15:1-4). La Teología de la Liberación puede fomentar una justicia basada en las obras que descuida la necesidad de la salvación y la santificación personal (Gálatas 2:16, Romanos 3:21-26).
Además, la historia de la Iglesia demuestra que el cristianismo nunca ha promovido el socialismo ni ha exigido a sus seguidores que adopten un sistema político concreto. Aunque los primeros cristianos compartían sus bienes (Hechos 2:44-45), lo hacían de forma voluntaria y motivados por el amor mutuo, no por coacción o mandato político. Su objetivo seguía siendo la difusión del evangelio y el discipulado (Mateo 28:18-20). Mezclar el cristianismo con el socialismo es distorsionar su esencia y su finalidad.
Un ejemplo histórico que ilustra cómo la Teología de la Liberación no es bíblica es el caso de Thomas Müntzer, un líder religioso del siglo XVI que se involucró en la Guerra de los Campesinos en Alemania (1524-1525). Müntzer abogó por una revolución violenta y una reestructuración social basada en sus interpretaciones radicales de la Escritura, lo que resultó en un conflicto generalizado y miles de muertes.
A pesar de que la situación de Müntzer no es un reflejo directo de la Teología de la Liberación moderna, su ejemplo destaca la importancia de mantener la enseñanza bíblica y la fe cristiana separada de ideologías políticas radicales. Al enfocar su ministerio en la transformación social y política, Müntzer desvirtuó el mensaje central del cristianismo: la salvación y la reconciliación con Dios a través de la obra de Jesucristo en la cruz. Además, su énfasis en la justicia social y el cambio político lo llevó a justificar la violencia y la revolución, en lugar de centrarse en el amor, el perdón y la paz que caracterizan al evangelio de Cristo.
En resumen, el caso de Thomas Müntzer demuestra cómo la mezcla del cristianismo con ideologías políticas y sociales puede conducir a una distorsión del mensaje bíblico y a consecuencias destructivas. Los cristianos deben mantener su enfoque en la obra redentora de Cristo y la importancia de la relación personal con Dios, en lugar de permitir que la política y la justicia social se conviertan en el núcleo de su fe.
3. La Teología de la Liberación: Desvía la atención principal de la iglesia
En tercer lugar, adoptar la Teología de la Liberación entraña peligros evidentes. Al entrelazar el evangelio con agendas políticas y sociales, se desvía la atención de la misión principal de la Iglesia: predicar el evangelio y hacer discípulos. Puede conducir a una justicia basada en las obras, descuidando el mensaje central de la salvación mediante la fe en Jesucristo (Efesios 2:8-9). En última instancia, este movimiento puede fomentar la desunión dentro de la Iglesia, ya que los creyentes se dividen por cuestiones políticas y sociales.
La Teología de la Liberación puede rastrearse hasta el Concilio Vaticano II y el movimiento de la Iglesia Católica hacia una mayor conciencia social en la década de 1960. Uno de los eventos históricos que ilustra los problemas asociados con la Teología de la Liberación es el caso del sacerdote y teólogo marxista nicaragüense Ernesto Cardenal, quien fue parte del gobierno sandinista en Nicaragua en la década de 1980.
Ernesto Cardenal se unió al Frente Sandinista de Liberación Nacional, un grupo revolucionario de izquierda, y se convirtió en ministro de Cultura en 1979 después de que el grupo tomó el poder. Su participación activa en la política revolucionaria y su adopción del marxismo como parte de su teología lo llevaron a enfrentarse con la Iglesia Católica, que finalmente lo suspendió del sacerdocio en 1984. El papa Juan Pablo II reprendió públicamente a Cardenal en 1983 durante una visita a Nicaragua, debido a su implicación en el gobierno sandinista y su promoción de una teología marxista.
El caso de Ernesto Cardenal es un ejemplo de cómo la Teología de la Liberación puede llevar a los líderes religiosos y a sus seguidores a desviarse del mensaje central del evangelio y a comprometer la unidad de la Iglesia. La adopción de una teología marxista y la participación activa en la política revolucionaria por parte de Cardenal lo alejaron del llamado de la Iglesia a predicar el evangelio y hacer discípulos, generando tensiones y divisiones dentro de la Iglesia.
Este ejemplo histórico ilustra los peligros inherentes a la Teología de la Liberación cuando se entrelaza con agendas políticas y sociales, alejándose de la misión principal de la Iglesia y creando división entre sus miembros. El enfoque en la justicia social y política en lugar de la salvación a través de la fe en Jesucristo puede poner en riesgo la integridad del mensaje evangélico y la unidad de la Iglesia.
Conclusión
La Teología de la Liberación es antibíblica e incoherente con el cristianismo del Nuevo Testamento. Pone excesivo énfasis en las dimensiones políticas y sociales, descuidando el mensaje central de la salvación en Jesucristo. Aunque los cristianos están llamados a hacer buenas obras, estas no deben eclipsar el poder transformador del evangelio. La misión de la Iglesia debe seguir centrada en predicar el evangelio y hacer discípulos, en lugar de alinearse con movimientos políticos que corren el riesgo de comprometer su mensaje y su unidad.
La Teología de la Liberación, aunque nace de la preocupación legítima por los pobres y marginados, se aleja de la enseñanza bíblica al centrarse en las dimensiones políticas y sociales. Como cristianos, debemos estar alerta ante las amenazas que representa la adopción de esta teología y buscar siempre ser fieles al evangelio del Nuevo Testamento y sus enseñanzas.
Una buena aplicación para los lectores sería recordar la importancia de mantener un equilibrio entre el compromiso social y la proclamación del evangelio. Como cristianos, debemos ser conscientes de las necesidades de nuestra comunidad y buscar maneras de aliviar el sufrimiento y la injusticia. Sin embargo, nuestro enfoque principal debe ser siempre la salvación a través de la fe en Jesucristo y la transformación interna que solo el Espíritu Santo puede proporcionar.
Un llamado bíblico
El apóstol Pablo advierte en 2 Timoteo 4:3-4: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” La Teología de la Liberación puede considerarse una de estas "fábulas" a las que se refiere Pablo, ya que se desvía del mensaje central del evangelio y puede alejar a los creyentes de la verdad.
El llamado bíblico a evitar las amenazas que representa la Teología de la Liberación se encuentra en Romanos 12:2, que dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” En lugar de adoptar teologías y filosofías que se basan en el pensamiento humano y en las corrientes políticas y sociales, debemos permitir que la Palabra de Dios y el Espíritu Santo nos guíen en nuestro caminar cristiano.
Por lo tanto, como seguidores de Cristo, debemos centrarnos en conocer y compartir la verdad del evangelio, vivir vidas transformadas por el poder de Dios y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, sin permitir que agendas políticas y sociales socaven la unidad y la misión de la Iglesia. Mantengamos siempre en el centro de nuestra fe el mensaje salvador de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
Definición
La Teología de la Liberación es un movimiento teológico cristiano que se originó en América Latina en el siglo XX. Enfatiza los aspectos sociales, políticos y económicos del evangelio, centrándose en la liberación de los oprimidos y marginados como aspecto central de la fe cristiana. Esta teología trata de interpretar las enseñanzas de Jesucristo a través de la lente de la justicia social, abordando cuestiones como la pobreza, la desigualdad y los derechos humanos.
Introducción
La Teología de la Liberación ha cobrado fuerza en las últimas décadas, afirmando que el evangelio no está desligado de las cuestiones sociales y del ministerio de Jesús. Sus defensores argumentan que las enseñanzas de Jesús se alinean con este movimiento, destacando ejemplos como la parábola del "buen samaritano" y la "mujer samaritana". Sin embargo, un análisis minucioso de las Escrituras y de la historia de la Iglesia revela que la Teología de la Liberación es antibíblica e incoherente con el cristianismo ortodoxo pentecostal y reformado.
1. La Teología de la Liberación: Impone una agenda política y social
En primer lugar, la Teología de la Liberación plantea una agenda política, asumiendo que el evangelio tiene dimensiones políticas y sociales. Aunque Jesús y los apóstoles reconocieron las injusticias sociales, no hay pruebas bíblicas de que predicaran o abogaran por el cambio político como medio para lograr la salvación o establecer el reino de Dios en la tierra (Hechos 4:12, Romanos 1:16). Los apóstoles predicaron principalmente el mensaje del arrepentimiento individual, la fe y la salvación en Jesucristo.
El ejemplo histórico del levantamiento de los "Zelotes" ilustra cómo la Teología de la Liberación no es bíblica. Los zelotes eran un grupo judío que surgió en el siglo I d.C. durante la ocupación romana en Israel. Buscaban la liberación política y social de su pueblo a través de la resistencia armada y la rebelión. Algunos creyeron que el Mesías prometido sería un líder militar y político que los liberaría de la opresión romana.
Sin embargo, Jesucristo, al contrario de las expectativas políticas y militares de la época, predicó un reino espiritual y trascendental, enfocándose en el arrepentimiento, la fe y la salvación personal (Mateo 4:17; Juan 18:36). Jesús no se unió a los zelotes ni apoyó su causa política, y rechazó la tentación de establecer un reino terrenal a través de medios políticos o violentos (Mateo 4:8-10). A pesar de la opresión y las injusticias bajo el dominio romano, Jesús y sus apóstoles no abogaron por la revolución política ni la lucha armada como medio de liberación.
Un ejemplo específico en la vida de Jesús es cuando, tras la multiplicación de los panes y los peces, la multitud quería hacerlo rey, pero Jesús se retiró a solas para orar, evitando la intención política de la gente (Juan 6:15). Esta actitud de Jesús resalta su enfoque en el reino espiritual y la transformación interior en lugar de involucrarse en las luchas políticas y sociales de la época.
Además, en sus enseñanzas, Jesús instó a sus seguidores a cumplir con sus deberes cívicos y a respetar a las autoridades terrenales (Mateo 22:15-22; Romanos 13:1-7). También predicó el amor al prójimo y a los enemigos (Mateo 5:43-48), en lugar de fomentar la hostilidad y la lucha por el poder.
En resumen, el ejemplo de los zelotes y la respuesta de Jesucristo a sus expectativas políticas y militares ilustra que la Teología de la Liberación no es bíblica. Jesús y sus apóstoles no predicaron ni abogaron por un cambio político o social como medio para lograr la salvación o establecer el reino de Dios en la tierra. En cambio, se enfocaron en el mensaje del arrepentimiento individual, la fe y la salvación en Jesucristo.
De hecho, los cristianos están llamados a realizar buenas obras como prueba del evangelio (Efesios 2:10, Santiago 2:14-17). Sin embargo, estos actos no deben confundirse con la misión primordial de compartir el evangelio. Enfatizar la justicia social por encima de la transformación espiritual socava el poder del evangelio para cambiar vidas y reconciliar a las personas con Dios (2 Corintios 5:17-20).
2. La Teología de la Liberación: Amenaza y distorciona el evangelio
En segundo lugar, la Teología de la Liberación también amenaza con socavar el cristianismo ortodoxo y conservador al distorsionar las enseñanzas bíblicas. Se centra en la dimensión horizontal del evangelio (las relaciones humanas) y minimiza el aspecto vertical (nuestra relación con Dios). El mensaje central del cristianismo trata de la obra expiatoria de Jesucristo en la cruz, que nos reconcilia con Dios (1 Corintios 15:1-4). La Teología de la Liberación puede fomentar una justicia basada en las obras que descuida la necesidad de la salvación y la santificación personal (Gálatas 2:16, Romanos 3:21-26).
Además, la historia de la Iglesia demuestra que el cristianismo nunca ha promovido el socialismo ni ha exigido a sus seguidores que adopten un sistema político concreto. Aunque los primeros cristianos compartían sus bienes (Hechos 2:44-45), lo hacían de forma voluntaria y motivados por el amor mutuo, no por coacción o mandato político. Su objetivo seguía siendo la difusión del evangelio y el discipulado (Mateo 28:18-20). Mezclar el cristianismo con el socialismo es distorsionar su esencia y su finalidad.
Un ejemplo histórico que ilustra cómo la Teología de la Liberación no es bíblica es el caso de Thomas Müntzer, un líder religioso del siglo XVI que se involucró en la Guerra de los Campesinos en Alemania (1524-1525). Müntzer abogó por una revolución violenta y una reestructuración social basada en sus interpretaciones radicales de la Escritura, lo que resultó en un conflicto generalizado y miles de muertes.
A pesar de que la situación de Müntzer no es un reflejo directo de la Teología de la Liberación moderna, su ejemplo destaca la importancia de mantener la enseñanza bíblica y la fe cristiana separada de ideologías políticas radicales. Al enfocar su ministerio en la transformación social y política, Müntzer desvirtuó el mensaje central del cristianismo: la salvación y la reconciliación con Dios a través de la obra de Jesucristo en la cruz. Además, su énfasis en la justicia social y el cambio político lo llevó a justificar la violencia y la revolución, en lugar de centrarse en el amor, el perdón y la paz que caracterizan al evangelio de Cristo.
En resumen, el caso de Thomas Müntzer demuestra cómo la mezcla del cristianismo con ideologías políticas y sociales puede conducir a una distorsión del mensaje bíblico y a consecuencias destructivas. Los cristianos deben mantener su enfoque en la obra redentora de Cristo y la importancia de la relación personal con Dios, en lugar de permitir que la política y la justicia social se conviertan en el núcleo de su fe.
3. La Teología de la Liberación: Desvía la atención principal de la iglesia
En tercer lugar, adoptar la Teología de la Liberación entraña peligros evidentes. Al entrelazar el evangelio con agendas políticas y sociales, se desvía la atención de la misión principal de la Iglesia: predicar el evangelio y hacer discípulos. Puede conducir a una justicia basada en las obras, descuidando el mensaje central de la salvación mediante la fe en Jesucristo (Efesios 2:8-9). En última instancia, este movimiento puede fomentar la desunión dentro de la Iglesia, ya que los creyentes se dividen por cuestiones políticas y sociales.
La Teología de la Liberación puede rastrearse hasta el Concilio Vaticano II y el movimiento de la Iglesia Católica hacia una mayor conciencia social en la década de 1960. Uno de los eventos históricos que ilustra los problemas asociados con la Teología de la Liberación es el caso del sacerdote y teólogo marxista nicaragüense Ernesto Cardenal, quien fue parte del gobierno sandinista en Nicaragua en la década de 1980.
Ernesto Cardenal se unió al Frente Sandinista de Liberación Nacional, un grupo revolucionario de izquierda, y se convirtió en ministro de Cultura en 1979 después de que el grupo tomó el poder. Su participación activa en la política revolucionaria y su adopción del marxismo como parte de su teología lo llevaron a enfrentarse con la Iglesia Católica, que finalmente lo suspendió del sacerdocio en 1984. El papa Juan Pablo II reprendió públicamente a Cardenal en 1983 durante una visita a Nicaragua, debido a su implicación en el gobierno sandinista y su promoción de una teología marxista.
El caso de Ernesto Cardenal es un ejemplo de cómo la Teología de la Liberación puede llevar a los líderes religiosos y a sus seguidores a desviarse del mensaje central del evangelio y a comprometer la unidad de la Iglesia. La adopción de una teología marxista y la participación activa en la política revolucionaria por parte de Cardenal lo alejaron del llamado de la Iglesia a predicar el evangelio y hacer discípulos, generando tensiones y divisiones dentro de la Iglesia.
Este ejemplo histórico ilustra los peligros inherentes a la Teología de la Liberación cuando se entrelaza con agendas políticas y sociales, alejándose de la misión principal de la Iglesia y creando división entre sus miembros. El enfoque en la justicia social y política en lugar de la salvación a través de la fe en Jesucristo puede poner en riesgo la integridad del mensaje evangélico y la unidad de la Iglesia.
Conclusión
La Teología de la Liberación es antibíblica e incoherente con el cristianismo del Nuevo Testamento. Pone excesivo énfasis en las dimensiones políticas y sociales, descuidando el mensaje central de la salvación en Jesucristo. Aunque los cristianos están llamados a hacer buenas obras, estas no deben eclipsar el poder transformador del evangelio. La misión de la Iglesia debe seguir centrada en predicar el evangelio y hacer discípulos, en lugar de alinearse con movimientos políticos que corren el riesgo de comprometer su mensaje y su unidad.
La Teología de la Liberación, aunque nace de la preocupación legítima por los pobres y marginados, se aleja de la enseñanza bíblica al centrarse en las dimensiones políticas y sociales. Como cristianos, debemos estar alerta ante las amenazas que representa la adopción de esta teología y buscar siempre ser fieles al evangelio del Nuevo Testamento y sus enseñanzas.
Una buena aplicación para los lectores sería recordar la importancia de mantener un equilibrio entre el compromiso social y la proclamación del evangelio. Como cristianos, debemos ser conscientes de las necesidades de nuestra comunidad y buscar maneras de aliviar el sufrimiento y la injusticia. Sin embargo, nuestro enfoque principal debe ser siempre la salvación a través de la fe en Jesucristo y la transformación interna que solo el Espíritu Santo puede proporcionar.
Un llamado bíblico
El apóstol Pablo advierte en 2 Timoteo 4:3-4: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” La Teología de la Liberación puede considerarse una de estas "fábulas" a las que se refiere Pablo, ya que se desvía del mensaje central del evangelio y puede alejar a los creyentes de la verdad.
El llamado bíblico a evitar las amenazas que representa la Teología de la Liberación se encuentra en Romanos 12:2, que dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” En lugar de adoptar teologías y filosofías que se basan en el pensamiento humano y en las corrientes políticas y sociales, debemos permitir que la Palabra de Dios y el Espíritu Santo nos guíen en nuestro caminar cristiano.
Por lo tanto, como seguidores de Cristo, debemos centrarnos en conocer y compartir la verdad del evangelio, vivir vidas transformadas por el poder de Dios y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, sin permitir que agendas políticas y sociales socaven la unidad y la misión de la Iglesia. Mantengamos siempre en el centro de nuestra fe el mensaje salvador de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
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3 Comments
Muy interesante la crÃtica a la teologÃa de la liberación De la Iglesia catolica!! TodavÃa ciertos catolicos siguen esa teologÃa equivocada!
Gracias por tú contribución.
Los reformados no pueden ocultar y ahà están los datos historicos de las desiciones de sus "consejos de iglesia* y conventiculos,que se hacÃan de la vista larga ante las etapas de despojo coloniales y las exacciobes a las comunidades que estaban bajo su administración en torno a derechos humanos impostergables,que las " dirigencias de esta sectas Herejes nunca tuvieron a bien atender como lo demanda la caridad cristianas ...y solapada y con complicidad permitieron y toleraron..en este punto hasta la misma " encÃclica "Rerum Novarum" de León 13.les da una lección Evangélica.y desnuda a las sectas Herejes del Protestantismo reformado como Fariseos de los tiempos presentes...atentos a la letra contraviniendo el espÃritu de la misma...