14 de septiembre del 2025
Servicio de adoración:
3:00 pm - 4:30 pm
Himno
O Gran Dios
El llamado a adorar:
Filipenses 2:1–11 (NBLA)
1 Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, 2 hagan completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. 3 No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo, 4 no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. 5 Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 7 sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. 8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Himnos
Ven contempla el gran misterio
Alma bendice al Señor
O Gran Dios
El llamado a adorar:
Filipenses 2:1–11 (NBLA)
1 Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, 2 hagan completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. 3 No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo, 4 no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. 5 Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 7 sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. 8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Himnos
Ven contempla el gran misterio
Alma bendice al Señor
Lectura bíblica
Génesis 3:6–13 (NBLA)
6 Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. 8 Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día. Entonces el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. 9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?». 10 Y él respondió: «Te oí en el huerto, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí» 11 «¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo?», le preguntó Dios. «¿Has comido del árbol del cual Yo te mandé que no comieras?» 12 El hombre respondió: «La mujer que Tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí» 13 Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué es esto que has hecho?». «La serpiente me engañó, y yo comí», respondió la mujer.
Génesis 3:6–13 (NBLA)
6 Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. 8 Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día. Entonces el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. 9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?». 10 Y él respondió: «Te oí en el huerto, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí» 11 «¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo?», le preguntó Dios. «¿Has comido del árbol del cual Yo te mandé que no comieras?» 12 El hombre respondió: «La mujer que Tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí» 13 Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué es esto que has hecho?». «La serpiente me engañó, y yo comí», respondió la mujer.
El Catecismo Bautista
P. 15: ¿Qué acto especial de providencia ejerció Dios hacía el hombre,
en el estado en que fue creado?
R. Cuando Dios hubo creado al hombre, Él entró en un Pacto de Vida con
él, bajo condición de obediencia perfecta, prohibiéndole comer del árbol
del conocimiento del bien y del mal, bajo pena de muerte.
P. 16: ¿Continuaron nuestros primeros padres en el estado en que fueron creados?
R. Nuestros primeros padres siendo dejados a la libertad de su propia
voluntad, cayeron del estado en que fueron creados al pecar contra Dios.
P. 15: ¿Qué acto especial de providencia ejerció Dios hacía el hombre,
en el estado en que fue creado?
R. Cuando Dios hubo creado al hombre, Él entró en un Pacto de Vida con
él, bajo condición de obediencia perfecta, prohibiéndole comer del árbol
del conocimiento del bien y del mal, bajo pena de muerte.
P. 16: ¿Continuaron nuestros primeros padres en el estado en que fueron creados?
R. Nuestros primeros padres siendo dejados a la libertad de su propia
voluntad, cayeron del estado en que fueron creados al pecar contra Dios.
El llamado a ofrendar:
Hebreos 13:14–16 (NBLA)
14 Porque no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir. 15 Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan Su nombre. 16 Y no se olviden ustedes de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Puedes ofrendar aquí
Himno
En la cruz
Oración congregacional
Hebreos 13:14–16 (NBLA)
14 Porque no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir. 15 Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan Su nombre. 16 Y no se olviden ustedes de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Puedes ofrendar aquí
Himno
En la cruz
Oración congregacional

La comunicación que transforma
Pastor Edgar Nazario
Efesios 6:21–24 (RVR60)
21 Para que también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor,22 el cual envié a vosotros para esto mismo, para que sepáis lo tocante a nosotros, y que consuele vuestros corazones. 23 Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo. 24 La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.
Pastor Edgar Nazario
Efesios 6:21–24 (RVR60)
21 Para que también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor,22 el cual envié a vosotros para esto mismo, para que sepáis lo tocante a nosotros, y que consuele vuestros corazones. 23 Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo. 24 La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.
La Cena del Señor
Himno
Doxología
Bendición Pastoral
2 Tesalonicenses 2:16–17 (RVR60)
16 Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, 17 conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
Himno
Doxología
Bendición Pastoral
2 Tesalonicenses 2:16–17 (RVR60)
16 Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, 17 conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.